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La Iglesia Católica de Colombia comparte alimentos con migrantes

La Arquidiócesis de Bogotá desde la Fundación de Atención al Migrante (FAMIG), organizó una jornada dedicada a unos 50 migrantes, en su mayoría venezolanos, como parte de las actividades que la Iglesia católica en Colombia realiza conmemorando el Día Mundial del Refugiado, celebrado el 20 de junio

Estas acciones son animadas desde la Red Clamor Colombia y hacen parte de la campaña mundial de migración y refugio  Compartiendo el viaje (share journey), liderada por el papa Francisco, en la cual nos invita a compartir con los migrantes de todo el mundo, desde la fe, el sentido del servicio y la empatía con otro.

 Las palabras de apertura de la jornada, estuvieron a cargo de la hermana Teresinha Monteiro, secretaria ejecutiva del FAMIG, “nosotros aquí en Colombia, queremos realizar la celebración del Día Mundial del Refugiado con ustedes, para dar gracias a Dios y extender nuestras oraciones por todos. Por eso hoy compartimos la mesa con ustedes”, indicó la hermana Teresinha.

La actividad central se enfocó en la elaboración de unos barcos de papel por los migrantes, los cuales simbolizan los procesos migratorios y las dificultades que debieron vivir al salir de sus lugares de origen. Adicionalmente, se les entregó un papel con tres preguntas. Una de ellas era describir una experiencia positiva de la migración emprendida, de esta manera se buscó hacer hincapié en los aspectos agradables de su viaje, dejando a un lado todas las vivencias negativas que han tenido que pasar.

Posteriormente, Elvy Monzant Arraga, Secretario Ejecutivo del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, compartió unas palabras de aliento a todos los migrantes presentes, “yo sé que para ustedes no ha sido fácil, pero hoy Jesús les dará la fuerza para que sigan adelante y no se rindan ante todas las adversidades. Por eso, las vamos a poner en el corazón misericordioso de Dios, para que Él abra puertas y les facilite el camino”.

Continuando la jornada, se celebró una eucaristía presidida por monseñor Francisco Niño, Secretario General Adjunto del CELAM y concelebrada por monseñor Álvaro Vidales, Director Ejecutivo del FAMIG y el padre Jorge Ruiz. Iniciando la celebración, monseñor Niño exaltó la labor del FAMIG, “la arquidiócesis de Bogotá, hace muchos años creo esta Fundación de Atención al Migrante, buscando extender el amor de Dios en la vida y dar una mano a todos los que se sienten olvidados por el mundo”.

Concluida la eucaristía, se brindó un almuerzo fraterno a todas las personas presentes, y de esta manera, finalizar una exitosa jornada compartiendo la mesa con los migrantes más vulnerables, que actualmente necesitan una atención prioritaria y una mano solidaria que los ayude en el difícil camino que han emprendido.

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Caritas llama a los gobiernos a reconocer a los emigrantes y refugiados venezolanos como sujetos de derechos

Reunidos en Bogotá, Colombia, entre el 24 y 25 de abril, representantes de seis Caritas de América Latina y el Caribe, de Caritas Internationalis, CRS y del SELACC, firmaron una declaración conjunta al término del Taller inter-fronteras pro Venezuela que tuvo como objetivo revisar la respuesta de emergencia a los emigrantes y refugiados venezolanos. 

Al término del Taller, los participantes firmaron una declaración. En el texto, los firmantes llaman entre otras cosas a acoger proteger, promover e integrar a todas las personas que se han visto forzadas a emigrar de Venezuela hacia otros países de la región. Entre otras cosas alientan a:

a.A los Gobiernos, diversos poderes del estado, políticos y a todos los servidores públicos a reconocer a todas estas personas migrantes como sujetos de derechos, según los mecanismos de protección internacional.

b.A los ciudadanos y a la sociedad civil para que acojan fraternalmente y no estigmaticen a las personas que emigran, siendo conscientes que ellas y ellos no son responsables de las situaciones que ocasionan estos procesos migratorios.

c.A los medios de comunicación para que con el poder que tienen transmitan mensajes amables y acogedores que sensibilicen a las ciudadanías para reconocer el valor de la interculturalidad y la integración.

d.     A los miembros de nuestra Iglesia para que, desde una conversión permanente e inspirada en los principios y valores del Magisterio del Papa Francisco, nos comprometamos en la campaña “Compartiendo el Viaje” acogiendo, protegiendo, promoviendo e integrando a las y los migrantes venezolanos.

 Familia Caritas trabaja por los hermanos emigrantes venezolanos

El encuentro se realizó en la Casa de retiro de la Conferencia Episcopal de Colombia, y contó con la participación de los equipos de Caritas Brasil, Perú, Ecuador, Venezuela, Chile, Colombia; del Secretariado de Caritas América Latina y el Caribe, con su secretario Ejecutivo, P. Francisco Hernández y del Departamento Internacional de Respuesta Humanitaria de Caritas Internationalis (CI), con su directora, Suzanna Tkalec, quien expuso sobre los mecanismos de soporte para las emergencias a nivel de la Confederación. 

El trabajo, que fue facilitado por Anna Hrybyk de Catholic Relief Service (CRS) y José Magalhaes, del equipo de Respuesta Humanitaria de CI, se dividió en una jornada que fue utilizada para contextualizar la realidad de la crisis migratoria que afecta al pueblo venezolano, las necesidades y el trabajo que se está realizando por parte de las Caritas para su acogida e integración, siguiendo el llamado del Papa Francisco en orden a acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos migrantes y refugiados. Por medio de una galería, cada representante de las Caritas participantes, expusieron la situación migratoria que vive cada uno de sus países y la respuesta que se está entregando por parte de las Caritas. 

El segundo día se examinaron los efectos de la crisis migratoria de Venezuela y su reflejo en los países de América Latina y el Caribe; así como la respuesta que se está dando a los refugiados y migrantes en la ponencia“La crisis migratoria de Venezuela y su reflejo en los países de América Latina y el Caribe”, a cargo de Jozef Merkx: representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, ACNUR. Según las cifras que maneja esta oficina, en la actualidad existen 1,6 millones de venezolanos desplazados a lo largo de la región de América Latina, solo hacia Colombia, se movilizan más de 3 mil personas diarias. Las razones por las cuáles abandonan el país son: amenazas por parte de actores públicos y privados, persecusiones, inseguridad y violencia, escasez de comida, no acceso a servicios de salud y servicios básicos, inflación.“Cabe destacar que existe un número altísimo de personas que cruzan las fronteras y que no son contabilizadas, señala el experto. Por ahora estamos en la fase de incidencia en la documentación , es nuestra prioridad. La segunda prioridad se relaciona con los medios de vida. El perfil de los venezolanos que salieron de los últimos años corresponde a personas con bajos ingresos y debemos capacitarlos”señaló. Finalmente. El especialista de ACNUR expresó el interés de fortalecer los lazos y el trabajo con la red Caritas. 

Al hacer un análisis de la realidad que vive el pueblo venezolano, Janet Márquez, directora Caritas Venezuela señala: “Estamos viviendo una situación al límite. La pobreza ha aumentado del 40 al 87% y la pobreza extrema llega al 60% de la población. Pasamos de ser unos de los países con el mayor salario mínimo a tener uno de los más bajos, dos dólares y medio mensuales. En tanto la canasta básica cuesta 159 dólares , lo cual va variando, esto hace imposible para muchos venezolanos el tener más de dos comidas diarias. Eso ha impulsado a que las madres, las familias animen a sus hijos a emigrar, pensando que afuera va a encontrar un mejor pasar, lo que lleva a muchos peligros durante el viaje. Hablamos de trata, prostitución, violaciones, tráfico, etc. Debemos prepararnos para un aumento del flujo migratorio y para una crisis humanitaria aún mayor en Venezuela. Necesitamos mucho a la familia Caritas”, expresó.

 

Al concluir el Taller, el P. Francisco Hernández, secretario Ejecutivo del SELACC, señaló: “Fue muy importante discutir como estamos percibiendo la realidad que afecta a nuestros hermanos venezolanos y como nos ilumina la palabra del Papa Francisco y su magisterio sobretodo para poder desarrollar los cuatro verbos que él nos propone y me parece también que el haber sacado un plan conjunto que debemos desarrollar y ampliar es un gran paso. Creo que este Taller es la antesala al gran encuentro de la Red Clamor que se va a realizar ahora en mayo en Chile, donde seguiremos profundizando en la crisis de Venezuela”.

En tanto, para Cristina Dos Anjos, de Caritas Brasil, el Taller: “Es sumamente importante para garantizar una base común de articulación de las Caritas de América Latina que están trabajando con los venezolanos. Creo que nos vamos con mucha más información de lo que estamos haciendo y con propuestas para fortalecer nuestro trabajo para poder proporcionar un apoyo mayor a Venezuela y a nuestro propio trabajo con los hermanos que están sufriendo esta crisis”, puntualizó. 

 


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Cáritas de la mano con una Venezuela en crisis

Para obtener más ingresos, Julio Aular tuvo que vender una parcela de tierra y así poder comprar un automóvil con el que pudiese trabajar como taxista, con el fin de poder sobrellevar la crisis en Venezuela. Sin embargo, la situación empeoró cuando Fabricio, su nieto de tres años, enfermó debido a las complicaciones de la desnutrición; la falta de proteínas hizo que su piel se hinchara e infectara. 

Al igual que Julio, cientos de venezolanos viven una de las peores crisis de su historia, donde la inflación ha alcanzado un asombroso 2, 700% o bien, el comprar alimentos básicos y medicamentos esenciales se ha convertido en una odisea. 

“El problema es que no hay medicina” señala Aular en una entrevista a Caritas Internationalis. “No hay trabajo, y si hay trabajo, el salario no cubre el costo de la medicación. Si compras un medicamento, entonces no hay dinero para comprar comida”. El dinero de la venta del automóvil se agotó. Su nieto, Fabricio, ha estado en el hospital por 13 días y aún no se recupera. La familia de Julio sigo en la búsqueda de los medicamentos para continuar el tratamiento del pequeño de 3 años.

 

En 2017, las cifras indican que más del 87% de la población está viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Para conocer la magnitud cabe señalar que el venezolano promedio perdió más de 11 kilos en ese año. Y no sólo eso, pues la necesidad de alimentos está empujando a la gente a tomar medidas extremas. 

“El robo de comida está en aumento. La gente secuestra y exige comida como rescate. Otros están entrando en hogares para robar comida. La inseguridad es alta. La gente está muriendo de hambre; las enfermedades están resurgiendo, nuestro país se está deteriorando y tiene un efecto dominó en los países vecinos. Si mejoramos la seguridad alimentaria, todos los otros indicadores mejorarán también”, señala Janeth Márquez, directora de Cáritas Venezuela. 

En este sentido, también la Iglesia en Venezuela se ha visto afectada “La vida en Venezuela ha colapsado” señala Márquez “nadie queda ileso. Nuestros catequistas están desnutridos. Nuestros sacerdotes no tienen nada para comer. El personal de la Iglesia y Cáritas enfrentan los mismos desafíos que el resto de Venezuela. Los trabajadores de Caritas tienen niños desnutridos, nuestros hogares también carecen. La nuestra es una intervención dual; debemos cuidar a los cuidadores mientras brindamos atención a los demás”. 

Por ejemplo, en el período previo a la temporada de Pascua, la Iglesia Colombiana donó 250 mil obleas de comunión a la Iglesia Católica en Venezuela, esto porque la escasez de haría de trigo ha obstaculizado severamente la producción de hostias de la iglesia, fundamental para el ritual de la Eucaristía. La producción ha caído a menos de la mitad de los niveles mensuales previos de 70, 000. Los sacerdotes están recurriendo a dividir la hostia en pedazos para brindar la Sagrada Comunión a los feligreses.  

Peso a las limitaciones que ha tenido la Iglesia Católica por aminorar la crisis, la esperanza no sucumbe, pues a través de Cáritas, se han establecido centros de nutrición, atendidos principalmente por voluntarios, donde niños menos de 5 años y mujeres embarazadas son monitoreados y tratados por desnutrición. El número de voluntarios se multiplicó y pasó de 10 mil a 20 mil personas. Es así que los programas de Cáritas están llegando a la población, quienes han entregado más de 1, 25 millones de comidas. 

“Los programas sociales como nuestras ollas comunitarias no solo proporcionan la comida necesaria a la familia, crean espacios de diálogo y son una oportunidad para fortalecer los lazos y la vida comunitaria al brindar a las personas un lugar para trabajar juntas”, dice Márquez. “Estamos viendo personas muy pobres ayudando a otras personas muy pobres. Eso es parte del papel de la Iglesia, a través de escuchar y orar, despertamos su fe y les damos esperanza. Esto permite que las personas, a pesar de sus circunstancias, sigan ayudando, viviendo y trabajando juntas por una Venezuela mejor “.

 Con información de Caritas Internationalis 

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Cáritas Colombiana “acompaña” a migrantes venezolanos

Son 900 mil venezolanos los que han llegado a Colombia en los últimos 20 años, según un estudio del Laboratorio Internacional de Migraciones (LIM). Cabe señalar que el flujo migratorio creció luego de que estallara la crisis económica, social y política que vive hasta la fecha Venezuela. Cáritas Colombiana, hasta la situación, realiza diversas acciones para “acompañar” a los migrantes y mejorar su estadía en el país sudamericano.

La crisis humanitaria generada por el creciente flujo migratorio ha movilizado a la Iglesia Católica, quien en octubre de 2017 hizo un llamado de emergencia, a través de la Red de Cáritas, para responder a la situación tanto de venezolanos, como de colombianos, a quienes se les retornó de manera forzada desde el 2015.

 Fue a partir del llamado de emergencia que se pudo brindar apoyo a las jurisdicciones eclesiales de la Diócesis de Riohacha, Diócesis de Cúcuta, Vicariato Apostólico de Puerto Carreño, Arquidiócesis de Bogotá y Arquidiócesis de Barranquilla, en rubros como el de seguridad alimentaria, donde se entregó 330 mil raciones de alimentos, el refugio se brindó a 3 mil 564 persona, apoyaron con transporte de la frontera a otras ciudades a 820 personas, entregaron 5 mil kits de higiene y asesoraron a 700 personas en rutas de atención.

En el caso de la Diócesis de Puerto Carreño, zona fronteriza con Venezuela, ha atendido a 2 mil 328 migrantes venezolanos, quienes recibieron atención médica, alimentación y refugio. Gracias a la colaboración de la Fundación Fundatakumi, el apoyo del Obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Carreño, Mons. Francisco Ceballos, y los voluntarios pudieron a dar atención a los migrantes. También se les apoyó con orientación jurídica, información de las rutas de atención de salud y documentación.

“Nos hemos centrado en los puntos de frontera, ya que hay más de 280 pasos informales de Venezuela hacia Colombia. Trabajamos en Cúcuta, Riohacha, Puerto Carreño y Arauca, allí se atiende por la migración pendular, en donde las personas buscan alimentos y medicamentos, pero no tienen interés de quedarse en Colombia, pero también hay personas que se adentran hacia el territorio nacional”, señaló Mons. Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social.

Cabe señalar que la acción de la Iglesia Colombiana también forma parte del marco de la Campaña Mundial Compartiendo el viaje (Share Journey), de Caritas Internationalis, la cual busca visibilizar la crisis migratoria en el mundo, y así encontrar soluciones entre Gobiernos, instituciones, organizaciones y sociedad civil a dicha situación.

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38 años de “Compartir”: Cáritas de Venezuela

La campaña “Compartir” que, a través de Cáritas de Venezuela, la Conferencia Episcopal Venezolana realiza año con año cumplirá en 2018, 38 años animando a la población a mirar el rostro del hermano necesitado. 

Este año, la campaña estará enfocada a que los venezolanos contribuyan en la alimentación de las niñas y los niños que sufren déficit nutricional agudo y crónico, quienes están protegidos en programas sociales de la Iglesia. También es una oportunidad para reflexionar sobre temas que atañen al país, como la actual crisis económica, política y social. 

“La Campaña es un instrumento de la Iglesia para reflexionar sobre tópicos de primordial interés de la sociedad venezolana, la misma responde a lo que la Iglesia nos pide: volver a Dios: volviendo la mirada y las acciones en favor de los más necesitados” Cardenal Baltazar Porras, presidente de Cáritas de Venezuela.

En su sitio web, las Cáritas también señala que serán cuatro áreas accionarias fundamentales para realizar la Campaña Compartir en tiempo de cuaresma: Difundir el pensamiento social de la Iglesia invitando a construir un fondo nacional para financiar los proyectos sociales de las diócesis; estructurar y capacitar a sus propios grupos de fieles o colaboradores, mediante conferencias, cursillos y seminarios sobre compartir; promover la reflexión de los habitantes de Venezuela sobre la realidad nacional y organizar y motivar a niños, adolescentes, jóvenes y a adultos en sus respectivos espacios para llevarles el mensaje de Compartir e invitarles a la cooperación.

Cómo nace “Compartir”

En la trayectoria de la campaña se abordaron temas urgentes expresados en los eslóganes de cada año. En 1996 fue “despierta y reacciona… es el momento de abrir las puertas de tu corazón a niños en situación de calle. En 2000 “Por el amor de Dios seamos solidarios con los damnificados” convocaba a la población auxiliar a las familias afectadas por el conjunto de deslaves ocurridos en 1999 en el estado Vargas. En 2009 el tema escogido fue la atención a los emigrantes que solicitaban refugio a la Iglesia en Venezuela y cuyo slogan fue “Era migrante y me acogiste. Haz tú lo mismo”. 

 

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