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Carta de REPAM a Papa Francisco reconoce apoyo del Pontífice por defensa de Amazonía

En una epístola dirigida al Papa Francisco, la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) externó su respaldo y solidaridad por el servicio del Pontífice, sobre todo por el apoyo que ha brindado a promover la defensa de la Amazonía, con acciones como el Sínodo Especial o el lanzamiento de la encíclica Laudato Si. 

“Nuestra Red Eclesial Panamazónica alcanzó un buen nivel de visibilidad e interacción con realidades locales, instituciones eclesiales, de la sociedad civil, e incluso de acompañar las voces de pueblos y comunidades indígenas en ámbitos internacionales” señalan en la carta. 

 Entre las intenciones de la carta está el de reiterar el compromiso de la Red para fortalecer redes y medios de comunicación, para seguir dando muestra de la defensa de la Amazonía y, principalmente, reforzar el sueño del Pontífice de ser “una Iglesia en salida misionera, pobre para los pobres, en conversión permanente, unida a los pueblos amazónicos”.

A continuación, reproducimos el documento  

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Amazonia nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral

El Documento Preparatorio del Sínodo, es el instrumento para orientar los procesos de diálogo y consulta con diferentes y diversos actores en el territorio Amazónico. Este proceso de consulta se realizará en las Asambleas Sinodales Territoriales, en los Foros Temáticos y en los espacios previstos para ello.

La REPAM pone a disposición este material: Documento Preparatorio en versión popular, que contiene el mismo esquema del documento sinodal: Ver, Discernir y Actuar y el cuestionario con las preguntas para la discusión.

En la parte final encontramos el esquema para la sistematización de las respuestas.Seguir este formato permitirá a la REPAM que las consultas, reuniones, encuentros y otros que se hagan  a lo largo del territorio, lleguen a ser incorporados en el documento de trabajo que discutirán los Padres Sinodales en Octubre 2019.


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Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Ecología Integral

El objetivo es propiciar una cohesión y articulación en el cuidado de la casa común para animar, profundizar y orientar sobre el sentido e implicaciones de la Ecología Integral en los diversos procesos evangelizadores. Además se busca identificar iniciativas significativas del cuidado de la casa común desde organizaciones eclesiales

Inspirados en la encíclica Laudato Si´ durante estos 4 días de encuentro se realizará un balance de la situación del continente desde la Ecología Integral: contaminación y cambio climático, agua, biodiversidad, calidad de vida humana y degradación social, inequidad planetaria, debilidad de reacciones y diversidad de opiniones.

Este encuentro, es un gran signo, para hacer vida dentro de nuestra Iglesia y poner en diálogo los avances en ecoteología cristiana con la sabiduría de los pueblos originarios para identificar los rasgos de un nuevo paradigma evangelizador respecto al cuidado de la casa común.

Otras organizaciones aliadas y presentes en el proceso son la Agenda Latinoamericana Mundial, Amerindia y el Movimiento Católico Mundial por el Clima. La metodología contempla espacios de compartir de experiencias y saberes desde la vivencia de la ecología integral, talleres temáticos, paneles y espacios de organización interna de cada organización eclesial y sobre todo, con una mirada de trabajo interpastoral integral.

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Casarse con el palo de una escoba

ALGUNOS DESAFÍOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS A LA IGLESIA

Los kukama han sido evangelizados desde el tiempo de las reducciones de Maynas en los siglos XVII y XVIII. De entonces para acá la presencia de la Iglesia ha sido intermitente. Desde la salida de los jesuitas en 1768 hasta la llegada de los agustinos en 1901 hubo un periodo de “curas doctrineros”, que en medio de situaciones muy difíciles, personales y estructurales, dieron continuidad al cristianismo. Evidentemente siempre ha habido pocos religiosos para territorios tan extensos y con desafíos tan grandes para pueblos indígenas.

Pero centrémonos un poco. Estábamos en medio de un curso de Animadores Cristianos, en el bajo Marañón (Perú), conversando sobre el matrimonio. La preocupación que nos planteaban los Animadores es del todo pertinente: la posibilidad de que los Animadores puedan acompañar a los moribundos que piden el sacramento del matrimonio. Para los kukama casarse es una forma de poder morir en paz. Una agonía prolongada significa que el enfermo no puede morir, le falta alguna cosa. Y, en muchas ocasiones, le falta el matrimonio. 

Este era el contexto, pero la anécdota que vamos a contar nos cogió por sorpresa. Después de varios días de abordar el tema del matrimonio un Animador se levanta en medio de la asamblea y cuenta más o menos lo siguiente: en una comunidad vecina una mujer no podía morir. Tenía su pareja, pero su conviviente no quería casarse. Ante la insistencia del matrimonio por parte de la mujer, sus familiares fueron a visitar a una pareja anterior de la señora, para explorar si estaba dispuesto a casarse con ella en el lecho de su agonía. Pero tampoco accedió. La mujer había tenido otra pareja anterior, pero él había muerto, razón por la cual no era posible casarse.

La mujer agonizante insistía en casarse y sus familiares estaban ya desesperados, la desazón se extendía por toda la comunidad. Fueron a buscar al Animador Cristiano y aceptó presenciar el matrimonio. Pero no había ningún varón dispuesto a casarse. ¿Qué hacer? La solución que encontraron fue muy sencilla: la mujer se casó con “el palo de una escoba”. Evidentemente, después de la sorpresa inicial, comprendimos que se trataba de un asunto muy delicado en una situación extrema. 

No se puede comprender esta situación sin percatarnos que estamos ante un desafío de primera magnitud. Para un occidental no existe matrimonio en esta situación, no puede haber consentimiento, ni consumación del acto. Sin embargo, para el pueblo kukama, en medio de la agonía, estos aspectos son secundarios. Lo que buscaba la mujer y sus familiares era morir en paz y retirarse de este mundo sin tener que molestar a sus familiares después de muerta (a través de sueños, ruidos, molestias varias).

Lo que hemos narrado no es una simple anécdota, es un reflejo del pensamiento de los pueblos indígenas. Comencemos por decir que la complejidad del asunto no puede ser abordada en un espacio tan breve. Detrás de esta situación existe un concepto de persona indígena muy importante. Por tanto, sin preguntarnos por lo que significa “ser persona” no podemos atisbar lo que está en juego. Lo que para los occidentales es un objeto (el palo de la escoba), para los pueblos indígenas se convierte en un sujeto y por eso puede llevarse a cabo la ceremonia del matrimonio. Las ideas sobre el “más allá” también se hacen presentes. Sin el matrimonio la mujer no puede morir y se prolonga la agonía. Si no se puede casar el espíritu de la mujer va a molestar a sus familiares que no la ayudaron a casarse. De ahí que los familiares de la mujer hagan todo lo posible para que pueda casarse.

Nos surgen muchas preguntas, algunas sin respuesta. Esta situación se ha producido después de casi 400 años de evangelización en el pueblo kukama. Los pueblos indígenas continúan presentando un desafío de primer orden para la Iglesia. No se trata de predicar únicamente, es importante saber qué hacen los pueblos indígenas con esta predicación. Es fácil comprender que estamos ante dos modos diferentes de entender la vida. Nosotros somos partidarios de tener paciencia histórica, de utilizar la inteligencia para saber lo que está sucediendo y de acompañar a las familias cristianas en situaciones interculturales inéditas.

Nuestra impresión es que todos los misioneros se han encontrado, a lo largo de toda la historia, con situaciones sin salida, aporías. Habitualmente se guarda silencio. Nos parece una estrategia poco seria. Primero, porque no permite pensarlo. Segundo, porque no permite socializarlo y discernirlo en comunidad. Tercero, porque no se toma en serio a los pueblos indígenas. Es cierto que plantea interrogantes complejos, pero no por eso debe ser presa del silencio. Tal vez no haya respuesta, pero el mismo hecho de plantear la pregunta nos parece de una gran honestidad para con lo real. Por eso, animamos a otros compañeros al debate y a que presenten también sus experiencias, sus hipótesis, los errores que hemos ido cometiendo y las posibles alternativas y caminos de acompañamiento. Si el sínodo panamazónico no se plantea cuestiones de fondo y trata de señalar, en la medida de lo posible, al menos a grandes rasgos algunas líneas de trabajo, no merece la pena el esfuerzo, se quedará en una consulta de expertos sin mayor incidencia en la vida diaria.

Llegados al final de esta nota es conveniente advertir que no se trata únicamente de racionalizar, sino de “leer con el corazón”. El corazón para los pueblos indígenas es la sede de la razón y de los sentimientos. Ambos están íntimamente unidos. Imponer silencio, apelar a la ley de la Iglesia… no va a evitar este tipo de situaciones, ni va a permitir acompañar. En lo profundo de nuestras vidas nos acompaña el Misterio.

Manolo Berjón

Miguel Angel Cadenas

Agustinos – Iquitos (Perú)

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Sínodo Amazónico 2019: fuente de alegría y retos

A lo largo de su pontificado, el Papa Francisco ha demostrado gran interés por los pueblos indígenas y su entorno, sobre todo en América Latina. Es por ello que durante el Ángelus del pasado 15 de octubre, en la Plaza de San Pedro, anunció un Sínodo especial dedicado a la Amazonía para octubre 2019.

El territorio amazónico abarca a Brasil (67%), Perú (13%), Bolivia (11%), Colombia (6%), Ecuador (2%), Venezuela (1%), Surinam, Guyana y Guyana francesa (juntos el 0,15%); además cuenta con más de 2 millones de indígenas pertenecientes a 390 pueblos originarios y 137 “no contactados”.

Las iglesias locales de estos países trabajan para evangelizar a estos pueblos, respetando su cultura y tradiciones. Dicha labor realizada por sacerdotes, misioneros (as) y laicos (as) es apoyada por la Red Eclesial Panamazónica, la cual fue creada en 2014 para congregar los esfuerzos por la defensa del territorio y la preservación de los pueblos originarios. 

Por tanto, el Sínodo es visto como una oportunidad para traspasar fronteras y dar a conocer la urgente necesidad de voltear la mirada a los retos que enfrenta la Amazonía, como la amenaza de mineras extractivistas y el desplazamiento de los pueblos que habitan en estos territorios. 

“Estamos viviendo un absoluto Kairós de Dios. Necesitamos una actitud de profundo discernimiento para prepararnos adecuadamente a recibir qué es lo que nos dice el Espíritu a lo largo de la historia de la Iglesia en la Amazonía, en el momento tan urgente, donde hay tantísimos signos de muerte en este territorio y desde la propia palabra de los pueblos que allí habitan. Construir Sínodo significa hacer un camino de discernimiento en medio de este gran Kairós de Dios” escribe en un documento Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Panamazónica. 

Para Mauricio López, el Sínodo es un motivo de profunda alegría, pero también de mucho compromiso en la preparación de este “trascendental encuentro”. Asimismo, considera pertinente la participación no sólo de los Obispos de la Amazonía sino de “la vida religiosa encarnada que se entrega todos los días en ese territorio (sacerdotes, misioneros, misioneras, laicos, laicas) y, sobre todo, como Dom Claudio, el Cardenal Hummes ha dicho como presidente de la REPAM, los pueblos indígenas y las comunidades amazónica para que sean sujetos de su propia historia”.

Finalmente, el secretario ejecutivo considera que el próximo encuentro reunirá a otros actores que trabajan el tema para que puedan articularse y así “constituirse como redes eclesiales y se sientan integrados e implicados para ir prensando sus propios proyectos integrados y encarnados”. 

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