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Jóvenes migrantes principales víctimas de los traficantes de personas

“Mis padres trabajaban sin descanso para que estudiara, pero no era suficiente”

(TESTIMONIO)

Jimmy quedó atrapado por la red de trata cuando tenía 24 años, al dejar a su familia en Honduras, para ir a Estados Unidos. Su historia nos recuerda la vulnerabilidad de los niños migrantes, ante la trata y la necesidad de protegerlos y defender sus derechos.

En Honduras, mis padres solían trabajar sin descanso para que yo pudiera estudiar. Sin embargo, me di cuenta que nunca tendrían lo suficiente para seguir con la escuela o entrar a la universidad, ni para ofrecerme más oportunidades que yo espera tener.

Además, había pandillas en Honduras que te mataban si no te unías a ellas. Dos amigos fueron asesinados por este motivo. Durante un tiempo me escondí para no ser encontrado por estos grupos, pues ellos también me buscaban. 

Dejé mi Tegucigalpa (capital de Honduras), cuando sólo tenía 12 años, junto a otros dos muchachos, uno mi edad  y el otro 14 años. Con miedo del continuo acecho de las pandillas, tomamos un autobús hasta la frontera de Guatemala. 

Caminamos durante una semana, de día y de noche, atravesando las montañas para pasar la frontera y parando autos para que nos llevaran a la frontera de México. No teníamos comida, ni agua y terminamos bebiendo orina de vaca. Unos de mis amigos murió en el trayecto; mi otro amigo y yo no tuvimos otro remedio que continuar con el viaje.

Después, subimos a los techos del tren que atraviesa México. Cuando llegamos al país vecino, me quedé allí dos años y medio, viviendo en una casa de migrantes y pidiendo comida, pues ya no tenía dinero.

Cuando al fin logré cruzar la frontera, un hombre en un coche se acercó a mí y me dijo “Estoy aquí para ayudarte”. Me llevó a su casa, en la que había otros 15 migrantes, luego nos llevó a todos en un camión refrigerador, lleno de melones, con la intención de llevarnos a California, pero nos detuvimos en un puesto de control. El frío era tan intenso que creíamos que íbamos a morir. 

A la mañana siguiente, me encontraba en una casa y al despertar vi que los otros migrantes habían desaparecido. El hombre me dijo que ellos habían pagado su dinero para pasar el puesto de control; él me pedía 4 mil USD para liberarme. Llamé a un familiar que tenía en Estados Unidos, sin embargo, nunca me respondió.

Al final, el hombre me llevó a Los Ángeles a trabajar en una empresa de mueble cuando tenía 16 años. Solía trabajar 6 dias a la semana, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Me pagaban unos 120 dólares cada dos meses. Al principio, yo estaba feliz porque no entendía bien lo del pago, ni tenía algún tipo de información. Cuando supe lo que en verdad tenía que ganar, me puse muy triste porque llevaba trabajando en ese lugar dos años.

Más tarde, otro hombre me ayudó a dejar esa situación y me ofreció un lugar para vivir y un trabajo como lavaplatos. Pero un día la policía me detuvo por ir en una bicicleta sin luces. 

Pasé 18 meses en un centro de detención. Me dieron tres opciones: la primera era ser deportado; la segunda era que me dejarían ir cuando cumpliera los 21 años y la última era que me dejarían ir a otro estado y el gobierno me daría educación hasta que me convirtiera en alguien de provecho.

Me dieron unos minutos para llamar a alguien y contacté al hombre que me había conseguido el trabajo de lavaplatos; le pedí su ayuda de nuevo porque ya había trabajado con él. Me dijo que me ayudaría, así que se hizo pasar por mi padre, porque tenemos el mismo apellido, y por fin me dejaron libre. Me llevó a vivir a la casa de su hermano cuando cumplí los 18 años.

Actualmente vivo en Los Ángeles y trabajo en el aeropuerto. Estoy cursando la secundaria y me gustaría obtener un diploma en informática.

Me apasiona la justicia y los derechos de los niños. Cuando te llevan a un centro de detención te trata como a un delincuente, sólo por no tener papeles. Quiero poner en evidencia estos temas, para permitir que más víctimas y sobrevivientes tengan acceso a la justicia. Devolver un poco de lo que he recibido.

Me gustaría marcar la diferencia y cambiar la vida de otras personas. Yo creía ser la única persona que tuvo que vivir esas horribles situaciones, pero no es así. Quiero compartir mi historia, ayudar a otros y cambiar la vida de muchas personas.

TRADUCCIÓN DE: http://www.caritas.org/2017/02/young-migrants-fall-hands-traffickers/

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Combatamos la esclavitud moderna

En el mundo, 168 millones de niños trabajan; de los cuales la mitad, 85 millones, se encuentran en trabajos de alto riesgo. Las fábricas que hacen ropa, alfombras, juguetes, fósforos y cigarrillos enrollados a mano albergan en sus instalaciones a 20 millones de niños.

Los datos anteriores son el resultado del informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la cual también muestra estadísticas lamentables. En la agricultura, cerca de 98 millones de niños realizan labores del campo, o en el caso de la industria, donde 12 millones de infantes trabajan en condiciones informales.

El resultado del estudio demuestra que una de las fuentes para que los pequeños trabajen es la trata de personas. Las personas, en este caso los menores de edad, en condición vulnerables (migrantes, pobreza, excluidos) son las mayores víctimas que sufren este mal. Además, también se encuentran a merced de la explotación sexual, servidumbre, el matrimonio forzado, adopciones ilegales, mendicidad o extracción de órganos, entre otros.

Consciente de que la situación no puede ser ignorada, el Papa Francisco, invita a rezar y reflexionar, a través de Cáritas, el próximo 8 de febrero por los niños víctimas de la trata, en el marco del día de fiesta de Santa Josefina Bakhita, monja que fue vendida como esclava cuando era niña, y cuando fue liberada, se entregó a la vida religiosa.

Cáritas, junto al Vaticano y otras órdenes religiosas, se unirán para realizar la oración a nivel internacional, lo que dará pauta a una reflexión sobre cómo poder ayudar a disminuir esta situación que afecta a nivel internacional.

“La misericordia de Jesús está con las familias, las madres y los padres que pierden a sus hijos en la violencia, los vicios, la trata de personas y las nuevas formas de esclavitud; los niños que están secuestrados, vendidos a la prostitución, trabajos forzados o la venta de sus órganos es un negocio internacional” señala el presidente de Cáritas, cardenal Luis Tagle. 

Para que puedas acompañarnos el próximo 8 de febrero, compartimos la siguiente oración. Podrás compartirla con familiares y amigos a fin de que también se unan a esta petición:

Oración:

Oh Dios, cuando oímos de niños y adultos siendo engañados y llevados a lugares desconocidos para propósitos como la explotación sexual, el trabajo forzoso y la “cosecha” de órganos, nuestros corazones entristecen y nuestros espíritus se indignan porque su dignidad y sus derechos son ignorados a través de amenazas, mentiras y fuerza.

Nosotros clamamos contra la malvada práctica de esta moderna esclavitud, y oramos junto a Santa Bakhita para que pronto termine.

Danos sabiduría y coraje para alcanzar y estar con aquellos cuyos cuerpos, corazones y espíritus han sido profundamente heridos, para que juntos podamos hacer realidad sus promesas de nuestras hermanas y hermanos de una vida buena, llena de amor y ternura.

Envía a los explotadores lejos con las manos vacías para que puedan convertirse de esta maldad y ayúdanos a reclamar la libertad que es el regalo que le diste a tus hijos.

Amén. 

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Obispos panameños abogan por migrantes cubanos

Tras el fin a la ley de “pies secos/pies mojados” de EEUU, el gobierno de Panamá advirtió a los cubanos en situación irregular que tendrán que salir del país. Ante esto, la Cáritas Nacional buscó un diálogo el pasado lunes para que los migrantes de la isla caribeña puedan permanecer dentro del territorio.

Desde el año pasado, en el que el flujo migratorio incrementó en el país centroamericano, Cáritas de Panamá decidió ofrecer sus instalaciones a los cubanos que intentaron cruzar Nicaragua y Honduras para poder llegar a Estados Unidos. Actualmente, en Cáritas se encuentran cerca 300 extranjeros.

Al respecto, los Obispos de  Panamá se reunieron con el presidente del país, Juan Calor Varela, para pedirle que tenga un gesto humanitario con los isleños. Por su parte, el director de la Cáritas, diácono Víctor Berrío aseguró que “moverá cielo y tierra para evitar que sean deportados a Cuba”.

La angustia e incertidumbre continúan para los migrantes, porque han visto que, en ocasiones, algunas patrullas de policías se acercan al albergue. 

EEUU y Cuba anunciaron el jueves de la semana pasada un acuerdo migratorio que elimina con efecto inmediato la política “pies secos/pies mojados”, que se adoptó en 1995 y que daba a los cubanos la posibilidad de obtener la residencia permanente un años después de llegar a territorio americano, incluso si lo  hacían ilegalmente, siempre que no fueran interceptados en el mar. 

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Cáritas Española se une al llamado “Para que no se mueran de frío”

La situación de más 75 mil migrantes y refugiados en Europa se ha visto agraviada en las últimas semanas debido a las bajas temperaturas. Ante la emergencia, Cáritas Española se suma a la petición que han suscrito 430 organizaciones de ese país para hacer llamado titulado“Para que no se mueran de frío”, en el que solicitan una operación a nivel europeo de protección contra el frío.

Los reportes indican que miles de personas están atravesando la actual ola de frío polar sin un techo que los proteja. Algunos  refugiados se resguardan en edificios abandonados, campos de acogida, y otros duermen en la intemperie; lo que ha provocado que los refugiados sufran la congelación de sus extremidades, y en el peor de los casos, la muerte por las bajas temperaturas que han llegado a menos 20 grados.  

Cáritas Española, junto a las otras organizaciones, solicitaron a la Comisión Europea y al Gobierno español “una operación eficaz e inmediata que disponga las medidas de emergencia necesarias de cara a garantizar las condiciones mínimas de habitabilidad de estas personas” señalan en el documento.

 

También exponen su profunda preocupación debido a la situación actual de miles de refugiados, concentrados mayormente en Grecia y los Balcanes, que incumple con las garantías mínimas que debe ofrecer la Unión Europea. Las instituciones ponen en entredicho lo que proclama la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE en la que se compromete a preservar, proteger y respetar la dignidad humana, así como el Derecho a la vida; elementos que no se han cumplido en su totalidad.

 

Compartimos el texto en el que participa Cáritas Española:

 

Solicitud al Gobierno de España y a la Comisión Europea 

PARA QUE NO SE MUERAN DE FRÍO:

LA UNIÓN EUROPEA DEBE CUMPLIR EL DEBER DE SOCORRO

430 entidades denuncian la pasividad de la Unión Europea

Ante la emergencia humanitaria en Grecia y los Balcanes

 Más de 75.000 migrantes y refugiados llevan meses varados en Grecia, la antigua República yugoslava de Macedonia, Serbia, Eslovenia, Croacia, Hungría y Bulgaria, muchos de ellos a la espera de su reubicación a otros países de Europa. El sufrimiento de estas personas se ha agravado con la llegada del invierno, uno de los más fríos en los últimos años. Las temperaturas bajo cero por la ola de frío polar que azota Europa estas semanas, unido a las pésimas condiciones en que viven muchas de estas personas ha provocado numerosos problemas de salud, congelación de miembros o incluso, riesgo de muerte.

A pesar de los esfuerzos llevados a cabo, el hecho es que la preparación de todos los campamentos para el invierno no se ha completado y muchos refugiados continúan viviendo en tiendas.

“Se trata de salvar vidas, no de papeleos y de cumplir las disposiciones burocráticas”, ha advertido el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Médicos Sin Fronteras ha denunciado el pasado jueves que se han registrado ya casos de congelación de miembros entre los alrededor de 2.000 migrantes y refugiados que se encuentran atrapados en Belgrado, donde en los últimos días se han registrado temperaturas bajo cero. “Estoy seguro de que el número de casos de congelación será mucho mayor al final de la semana”, ha añadido Andrea Contenta, subrayando que el pasado fin de semana en la capital serbia se alcanzaron los 16 grados bajo cero y que la ciudad está cubierta por 30 centímetros de nieve.

La semana pasada, refugiados y asociaciones trabajando en los campos de Grecia explicaban en el manifiesto WAKE UP EUROPE las terribles condiciones de vida con la llegada del frío. También desde Grecia, el Servicio Jesuita a Refugiados denunciaba el sufrimiento de miles de personas: “En el Norte de Grecia, un refugiado afgano ha fallecido por congelación a causa de las temperaturas de 14 grados bajo cero” señalaba Cécile Deleplanque. “Los campamentos de las islas están abarrotados y muchas personas continúan viviendo en tiendas”.

Las ayudas económicas destinadas a proteger a las personas refugiadas del invierno no parecen haber resultado del todo eficaces. El ACNUR alerta de la situación en la Isla de Samos donde unas 1.000 personas, incluidas familias con niños, se encuentran viviendo en tiendas de campaña sin calefacción. La situación en la ruta de los Balcanes es aún más grave, especialmente en la frontera entre Croacia y Hungría y Serbia, donde muchas personas refugiadas están afrontando las bajas temperaturas a la intemperie, ante el abandono e incluso hostigamiento de las autoridades. 

El invierno es un fenómeno natural que no podemos controlar, pero sí podemos y debemos atender las necesidades inmediatas de estas personas vulnerables. Europa no puede dejar morir de frío a las personas refugiadas y es responsable de darles  un trato digno.

Siempre que la magnitud de una emergencia sobrepasa las capacidades de respuesta de un país, el Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea permite una asistencia coordinada de los Estados participantes. Este Mecanismo  apoya y facilita la movilización de los servicios de protección civil de los Estados Miembros para responder a las necesidades inmediatas de los países afectados por una catástrofe o en riesgo de sufrirla.

El Centro Europeo de Coordinación de la Respuesta a Emergencias (CECRE) es el núcleo operativo del Mecanismo europeo de Protección Civil. El CECRE trabaja en estrecha colaboración con las autoridades de protección civil de los Estados participantes en el Mecanismo, para coordinar una respuesta rápida a nivel europeo. El CECRE proporciona capacidad logística las 24 horas del día para supervisar y coordinar la respuesta. Además de los Estados miembros de la UE, en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión, participan Islandia, Noruega, Serbia, Turquía y la Antigua República Yugoslava de Macedonia y Montenegro.

El Mecanismo europeo de Protección Civil se ha activado en algunos momentos de 2015 y 2016 para apoyo a los refugiados pero actualmente, sólo permanece abierto para Grecia -abajo figura el enlace a día 6 de enero- sin que se haya montado una operativa de emergencia específica con mayores medios para abordar la ola de frío actual.

Ante la emergencia humanitaria provocada por la llegada del invierno y la ola de frío polar en Europa, pedimos con carácter urgente:

1.    Al Ministerio de Interior y al Gobierno de España, que solicite la activación del Mecanismo Europeo de Protección Civil para organizar una respuesta coordinada europea que de forma urgente, asista a los refugiados afectados por la ola de frío en Grecia y los Balcanes.

2.    A la Comisión Europea, que ofrezca a Grecia y los países de los Balcanes la asistencia inmediata de dicho Mecanismo de Protección Civil para proteger a los refugiados de las bajas temperaturas que se dan estas semanas en Europa.

Mecanismo Europeo de Protección Civil a 6 de enero de 2017:  https://drive.google.com/file/d/0B8Ebhp0CxldjM1Qxem0zSWZZTS13bFZxUUZBX1JCRnVKeXVn/view?usp=sharing

 

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Refugiados los más afectados por ola de frío que azota Europa

Las bajas temperaturas en Europa, que han llegado a menos 20 grados bajo cero, ponen en riesgo la vida de miles de refugiados, sobre todo en Grecia, Serbia y el sudeste del viejo continente.

El reporte de Caritas Internationalis (CI) señala las malas condiciones en las que se encuentran los inmigrantes, en su mayoría afganos, pakistaníes, sirios e iraquíes, quienes salieron de sus países por la guerra y buscaron refugio en Europa; muchos de sus compatriotas, aún intentan llegar al continente cruzando fronteras cerradas.

“Las peores condiciones están al norte de Grecia. La gente ni siquiera puede beber o bañarse porque el agua está congeladas; Caritas está brindando agua embotellada para que puedan hacer sopa o té”, comenta Marisella Tsamatropoulou, oficial de comunicaciones de Caritas Hellas (Grecia), quien trabaja en tres campos administrados por el gobierno y el ejército.

Maristella explica que no hay calefacción y, por lo tanto, la gente comienza a encender madera, estufas eléctricas y a quemar todo lo que puede para poder mantenerse calientes.  Lo que representa un peligro. Además, un buque de la armada atracó el miércoles en Lesbos, isla mediterránea oriental, para albergar a 500 refugiados durante el tiempo frío.

Por otra parte, en Serbia, la preocupación aumenta porque más de 7 mil 500 personas se encuentran varadas en áreas congeladas;  otras más están atrapadas cerca de la frontera húngara.

“Los campo están muy llenos en Serbia, y en Belgrado miles de personas están durmiendo al aire libre” dijo a Radio Vaticano, Daniele Bombardi, coordinadora de Caritas Italia en aquel país.

Caritas, proporciona  ropa, comida y apoyo médico a las personas refugiadas. Bombardi comenta que “Hacemos lo que el gobierno nos permite hacer. La migración en el país está bajo el control estricto del gobierno y no quiere que las organizaciones de la sociedad civil operen de manera autónoma”.

“Vemos necesidades sin respuesta que podemos atender con nuestros medios, sin embargo, el gobierno no nos permite responder adecuadamente”, agregó.

nota de CI: http://www.caritas.org/2017/01/frozen-europe-increases-risks-migrants/

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